En 1934, cerca de la ciudad de Londres, en Texas, se hizo un peculiar descubrimiento: un martillo incrustado en una roca que data de hace más de 100 millones de años. Es un enigma que sigue fascinando y divide a los investigadores. Pero, ¿es realmente posible que un martillo puede haber existido millones de años antes que los humanos? Y si es así, ¿quien lo dejó allí?