En junio de 1934, dos prospectores de oro habían estado cavando y realizando voladuras haciéndose camino a través de la gruesa roca en busca de oro en las montañas de San Pedro en Wyoming. Cuando el polvo comenzó a asentarse, los prospectores hicieron un descubrimiento sorprendente — vieron que habían abierto una pequeña habitación, de aproximadamente 1.2 metros de altura, 1.2 metros de ancho, y unos 4 metros de profundidad en donde se encontraba los restos de un pequeño humano.
![Helium [24]](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjL1tkWfpiPhdGN6lndqlGI3_ysCd1L1MqFONoYQdlYM_woxFW0FOGBblQyXeOns1NO_Ru3eG_tq5zeJb0L4BwA_p0Az_i5t8UIBh2ybZcbkUSKgIUltQ28vp9N5y26Z9NUIRmlq9QpjUsk/s1600/helium-logo.png)

.jpg)

.jpg)










