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Las 7 claves del planeta Nibiru

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Las 7 claves del planeta Nibiru

Artículo enviado a C1040 por Samuel García Barrajón

Mucho se dice del planeta Nibiru: que es real, que chocará contra la Tierra de forma inminente… ¿Qué hay de falso y qué de verdad? ¿Cuánta razón tenía Sitchin? Descubre aquí todas las claves.

A los que nos gustan los misterios y el mundo de la conspiración en general, sabemos bien que el nombre Nibiru o de planeta x causa bastante agitación por estos lares y mucho más todavía en la red de redes. Y es que si llevas a cabo una búsqueda en Google con la palabra Nibiru, arrojará alrededor de cinco millones de resultados en escasas décimas de segundo; ahí es nada. En realidad puede ser una cifra que asuste un poco, pero no demasiado, si comparamos el susto con las sensaciones que nos causan ciertas cosas que circulan por internet acerca de este enigmático planeta. Pues, desde gran cantidad de páginas se apunta a eventos tan escalofriantes como grandes catástrofes a nivel planetario. Ya que, aseguran las malas lenguas sobre el planeta Nibiru, que este pronto impactará contra nuestra Tierra, provocando el caos, enormes destrucciones y muerte por todos lados…

Mas como el planeta Nibiru es un misterio que me toca en lo más hondo, hace años que decidí investigar al respecto. Y algunas de las conclusiones son las que voy a sintetizar a continuación; siempre teniendo en cuenta el Nibiru que aparece en los textos sumerios junto a otros vestigios de la antigüedad y, lo que a día de hoy se sabe en cuanto a astronomía.

La órbita de 3600 años que nunca tuvo



Se trata de uno de los mayores errores que hayan circulado nunca sobre Nibiru. Algo que además todo el mundo tiene por verdadero, o al menos de entre sus defensores. Lo cierto es que este ciclo lo propuso Zecharia Sitchin, figura que es de sobra conocida entre los que persiguen a Nibiru. Sitchin decía que, eran 3600 los años empleados por Nibiru para completar su ciclo alrededor del Sol. Pero lo cierto es que el único respaldo en el que se apoyaba dicho escritor no es demasiado concluyente, pues su único argumento es que esto era así porque tal número venía a ser algo así como una cifra sagrada para los pueblos sumerios. Sagrado es, la verdad. Y el citado período se le conoce por el nombre de “shar”. Mas una cosa muy distinta es que esté relacionado con el planeta Nibiru. Porque hasta donde yo sé, nunca se muestra esta cifra o shar relacionados con Nibiru en las tablillas sumerias o de escritura cuneiforme que se conservan a día de hoy. Ni siquiera algo parecido o que haga pensar tal cosa. Así pues, el hecho de que 3600 sea un número sagrado, no tiene porque corresponderse necesariamente con el tiempo que Nibiru tardaría a completar su órbita; eso es, como mucho, mera conjetura de Zecharia Sitchin. Y a pesar de todo, incluso más allá de lo señalado, no hay ningún otro indicio heredado de los pueblos mesopotámicos que nos permita deducir tal cosa, nos guste o no.

Para más inri, ni siquiera Sitchin ni ningún otro investigador (que yo sepa) han ofrecido una fecha exacta e inamovible para la última aparición de Nibiru sobre nuestros cielos. Sí es verdad que se han pronunciado al respecto en varias ocasiones y para diferentes momentos de la historia… pero, finalmente han terminando cambiándolas con el paso del tiempo. Con lo cual, o al menos a mí me lo parece así, no ha quedado lo suficientemente claro un veredicto final o concreto.

En mi opinión resultaría bastante más factible que la órbita de Nibiru se expandiese hasta los siete u ocho mil años, puede que incluso sea variable, al igual que sucede con los cometas denominados “de largo periodo”. Cabe apuntarlo en este momento. Porque sí existen fechas que sí tienen relación con Nibiru de entre lo que se conserva de la antigüedad. Estas indican que resultó avistado cruzando el firmamento, en algún año cercano al 3055 a.C. Además y en base a esta suerte de “crónicas” volverá a ser visible hacia el año 3855 de nuestra era. Más o menos hay unos 6900 años de diferencia entre el último avistamiento y el siguiente, prácticamente se doblan los 3600 propuestos al principio.

Son varios los vestigios de las primeras civilizaciones que respaldan lo que acabo de apuntar; uno de ellos el célebre Zodíaco de Dendera (que descifré hace un tiempo), y otros diferentes escritos y elementos de corte astronómico. Por supuesto están todos recopilados y explicados de un modo más extenso en mi primera publicación; el libro: “Nibiru. Si no existe habrá que inventarlo”. Y más allá de que sean o no acertados estos planteamientos que propuse, queramos o no, resultan las únicas referencias que se conservan de nuestros antepasados que están directamente relacionadas con Nibiru y, por lo tanto, deberían ser cruciales o al menos habría que tenerlas presentes cuando nos dispongamos a calcular la auténtica órbita de Nibiru.


El planeta x nibiru no chocará contra la Tierra


Lo cierto es que todavía no he encontrado algún indicio lo suficientemente contundente que nos pudiera hacer pensar en tal desafortunado encuentro.

No por ello deja de circular cierto tipo de “información canalizada” en referencia a un gigantesco planeta llamado Hercólubus, que podría ser Nibiru para algunos y… se estrellará contra la Tierra y acabará con todos nosotros. Yo no lo creo. Sin embargo, la clave de estas informaciones canalizadas, es que carecen de pruebas u otros elementos tangibles que podamos contrastar. De modo que uno puede o no creerla, pero resulta prácticamente imposible poderla verificar. Pero esto no es todo. Se dice de ese enorme planeta que es invisible y mucho mayor en tamaño que Júpiter, el planeta más grande de nuestro sistema solar… Qué le vamos a hacer, tanto si es verdad como no, huele igualmente a chamusquina. Mas, no tienes ni debes fiarte únicamente de lo que digo. Investiga, contrasta, hay un libro gratis por ahí y fácil de encontrar sobre Hercólubus. Sólo tienes que leerlo para extraer tus conclusiones.


Pero también cabe reflexionar un poco sobre nuestro sistema solar. Durante miles de millones de años ha estado en funcionamiento y con cierta “harmonía” en la misma disposición en la que ahora se encuentra, incluidos la Tierra y cualquier planeta que aún esté oculto a nuestros telescopios. Si en todo ese tiempo la Tierra y otro planeta o Nibiru no han impactado, igual de difícil va a ser que esto ocurra en el presente o en un futuro próximo.

Lo cierto es que si un planeta u otro cuerpo celeste más grande que la Tierra intentara aproximarse a la misma, debería salvar antes un par de obstáculos para conseguir su cometido y llevársela por delante. Ambos son bien conocidos, Júpiter y el Sol; dos muros infranqueables para cualquier intruso. En el supuesto caso de que esto pasara, estos dos actuarían como una suerte de guardaespaldas con su inmensa fuerza gravitacional. Literalmente se comerían literalmente dicho intruso que planeara encontrarse con nuestro planeta, mucho antes de que la pudiese alcanzar. En realidad sería difícil que pudiese escapar de las fauces sedientas de estos dos monstruos del sistema planetario donde vivimos.

Nibiru es un cuerpo celeste real


Eso es, Nibiru no es ningún invento o fabulación, al menos en su origen. Uno se cansa de escuchar tantos especialistas e investigadores que no paran de argumentar todo lo contrario, a pesar de hablar sin propiedad. Sí, ellos reniegan de Nibiru pues según sus palabras no existe y aseguran que se trata de un bulo. Verdaderamente esto es lamentable. Pues, si has investigado bien, nunca podrás decir que Nibiru no existe. Como digo su nombre no está sólo escrito sino además con letras mayúsculas. Se puede encontrar en distintos registros sumerios. No son demasiados pero sí muy reales. Una serie de documentos astronómicos que lo verifican como un astro o cuerpo celeste real. Y es más, lo tratan de “el astro entre todos los astros”; ahí queda eso. Visto lo visto, resulta impensable que los antiguos astrónomos sumerios estuvieran locos o se lo inventaran. Nibiru fue y es una realidad palpable.

Lo podemos encontrar en los textos del Enuma Elish, Mul Apin o Astrolabio B, entre los que forman parte del legado sumerio. Dichas referencias son las más importantes entre las que se han conservado hasta nuestros días. El primero no necesita casi ni presentación, pues se trata de la más fastuosa epopeya jamás producida en el Próximo Oriente. En cuanto a los otros dos, hay que dejar bien claro que son documentos puramente astronómicos que funcionan a modo de catálogos de estrellas y sus diferentes disposiciones o alineamientos. Catálogos donde sólo tienen cabida cuerpos celestes reales; entre los cuales, claro está, se encuentra Nibiru.


Y es que los pueblos sumerios anotaron concienzudamente todo tipo de alineamientos y posiciones de los astros. Da igual que fuesen planetas, estrellas o constelaciones, todo lo registraban. Ninguna de estas anotaciones se considera falsa, todas están reconocidas como veraces por los profesionales que se dedican al estudio de estas materias.

Como no puede ser de otra forma en esos registros se encuentran las tres menciones sobre Nibiru a las que hago referencia. Así es que estamos delante de alguna cosa que fue tan tangible en su día, que a los astrónomos sumerios no les quedó otra que tomar buena nota de ello. Por lo tanto jamás podremos plantear ni especular con que Nibiru haya sido una falsificación o equivocación de los sumerios, pues, en ese caso, sería la única excepción de entre cientos de miles de anotaciones astronómicas recopiladas durante varios milenios.

En resumen, si toda esa inmensa cantidad de registros celestes que nos legó la primera civilización son verdaderos, los de Nibiru, al igual que el resto también. Pues está englobado en el mismo conjunto que el resto. Así que repito: Nibiru es real.

Sumerólogos, historiadores y astrónomos se desentienden de Nibiru


Nada o muy poco les importa Nibiru a los sumerólogos y a otros estudiosos del pasado, sinceramente.

No se puede ignorar que los sumerios presentan a Nibiru como el más importante de entre todas aquellas cosas que brillan en el cielo, ni más ni menos que el rey de los astros por así decirlo. Está claramente reflejado en los escritos que le otorgan una importancia máxima, incluso superior a la del Sol, la Luna y el resto de planetas que conocían. Además resaltan de forma especial, que también es más importante que la estrella Sirio, una estrella sagrada para ellos. Sobra decir que todos los mencionados eran cruciales para los sumerios, en estos se basaban para el día a día, eran clave en agricultura, confección de calendarios, etc. Y Nibiru estaba por encima de ellos.

¿Cuándo han explicado el por qué de este fenómeno los sumerólogos? Sus explicaciones al respecto no convencen en absoluto. A veces parece que nada saben… o nada quieren saber.

Lo cierto es que suelen tomarse a Nibiru bastante a la ligera, esto es claramente observable en sus trabajos y publicaciones. No es que lo nieguen a las primeras de cambio pero, da la sensación de que lo dejan de lado o en el olvido, casi como un renegado. A menudo se les llena la boca cuando explican las maravillas y virtudes del Enuma Elish por ser una de las más grandiosas composiciones que conservamos del mundo antiguo pero, en cambio; raramente los oirás reflexionar acerca de la naturaleza de Nibiru, su flamante y omnipresente protagonista.

Y es que si analizamos la versión de los profesionales encontraremos explicaciones tan dispares que no encajan unas con otras. Pues, según qué texto consultes te topas con distintas definiciones para Nibiru. Igual lo presentan como un punto en concreto de la eclíptica, una estrella por identificar, también como el planeta Mercurio, otras veces como Júpiter, y para colmo resulta que además se corresponde con la estrella polar. O sea, que de lógica andamos un poco escasos en el tema.

¿Cómo es posible que se den 5 versiones distintas de lo que es Nibiru, a sabiendas de que era una sola cosa y a la vez el astro más importante para los sumerios? Simplemente resulta inconcebible. Es como si yo quisiera argumentar en el presente que nuestra querida Luna (un cuerpo celeste importante y de fácil identificación para todo el mundo, al igual que los sumerios daban a entender sobre Nibiru en su día) fuese todas estas cosas a la vez; en ocasiones Júpiter, también la estrella polar, etc. No tiene sentido ninguno, resulta más que evidente que la Luna no puede ser ninguna de todas esas cosas, y mucho menos todas a la vez. Quizá por separado sí pero, las propuestas de los sumerólogos no tienen ni pies ni cabeza cuando las juntas; un cuerpo celeste tan diferenciado como lo fue Nibiru para los sumerios jamás podría haber sido tantas cosas al mismo tiempo… a menos que tuviese el don de la bilocación. La Luna siempre es y será la Luna y, en cuanto a Nibiru sucede lo mismo, es Nibiru y punto. Mas una vez tras otra se sigue insistiendo desde el mundo académico con este tipo de explicaciones absolutamente desfasadas, como aquel que no quiere calentarse la cabeza con cuando le piden explicaciones por algo, y dice lo primero que se le viene a la cabeza para dar carpetazo a un asunto que le incomoda o que no le interesa.

Amigos sumerólogos, vuestro trabajo es digno de elogio y os admiro, mas en Nibiru tenéis una asignatura pendiente todavía. Puede que Nibiru no sea un planeta como yo pienso, puede que sea otra cosa, se puede discutir largo y tendido al respecto. Pero lo que resulta totalmente inapropiado es dejarlo apartado de ese modo, como tema zanjado cuando no lo está ni de lejos. No vale quedarse de brazos cruzados ante lo que era lo más sagrado de la existencia para los sumerios. Si no lo tenemos claro hay que seguir investigando hasta averiguarlo. Si los integrantes eruditos de este pueblo levantaran la cabeza y se enteraran de todas esas definiciones de Nibiru que se recogen en los libros de los especialistas actuales, clamarían al cielo indignados, sin lugar a dudas.

Las órbitas verticales de tipo Nibiru se han confirmado


Sobre ello he publicado un ebook en amazon kindle el planeta Nibiru existe, e incluso escribí algún artículo en mi blog de Investigacion y Misterio. Con lo cual no entraré mucho en detalle, puedes visitar el blog para profundizar más en esta información que a continuación paso a comentar.

Ya en los 70, e incluso antes, varios autores como Zecharia Sitchin o el astrofísico chileno Carlos Muñoz Ferrada hablan de supuestos planetas con órbitas un tanto atípicas, con órbitas formando ángulos rectos de 90° respecto al ecuador de la estrella que orbitaban, o sea, respecto el Sol en ambos casos. Más dicha peculiaridad orbital se tenía por un imposible. Para la comunidad científica una órbita excéntrica de este tipo no podía existir en absoluto, hasta ahora.

Ver también: Hercólubus es muy real... y se aproxima!

Pero algo impensable sucedió en 2013 que terminaría girando la tortilla. A través del famoso telescopio Kepler, con el cual se han descubierto un gran número de exoplanetas, se pudo avistar un mundo singular sin precedentes. Lo han llamado Kepler 63b, y dicho planeta gira alrededor de su estrella describiendo un ángulo 90° perpendicular respecto al ecuador de la misma.

De este modo lo que el establishment científico no reconocía hasta la fecha se acaba de confirmar. Con el descubrimiento del Kepler 63b las órbitas excéntricas en ángulo recto son una realidad, iguales como las que el planeta Nibiru puede presentar.

Sitchin fue pionero, identificó a Nibiru como planeta por primera vez


A mediados de la década de los 70 los primeros libros de Zecharia Sitchin aparecieron en el mercado. Hablamos de de sus Crónicas de la Tierra, más que conocidas. Ediciones Obelisco para el mundo castellanoparlante ha sido la editorial que ha traducido y publicado los 13 libros a nuestro idioma.


En la obra de Sitchin destacan un par de directrices principales. La primera, es el hecho de que asegure que en el pasado fuimos visitados por seres extraterrestres que de algún modo descendieron de las alturas, los célebres y polémicos anunnakis en este mundo del misterio que nos rodea. Y por otra parte, el autor defiende a capa y espada la existencia de un planeta oculto, aún por descubrir, que recorre las profundidades del Sistema Solar. Su nombre es Nibiru, y para Zecharia, también la patria de los anunnakis.

Yo estoy convencido de que Nibiru es un planeta que está esperando a ser descubierto más allá de Plutón, pero no por ello comulgo necesariamente con la mayoría de teorías y preceptos de Sitchin. Ni tampoco entiendo sus anunnakis de la manera en que nos los presenta. Sin embargo hay que reconocer al César lo que es del César. Zecharia Sitchin identificó a Nibiru como planeta por vez primera, el mismo que aparece en diversos documentos sumerios de corte astronómico o celeste. Y para muestras un botón, que no es otro que su primer libro: El 12º planeta. Allí explica de forma detallada su teoría y las bases que la respaldan.

En realidad, hubo otros autores que precedieron a Sitchin y que pensaban que en el sistema solar quedaban planetas por descubrir. Un ejemplo lo encarnaría perfectamente el mismo concepto de planeta x, el cual todavía se persigue la actualidad. Pero han sido varios. Especial mención merece la figura de Carlos Muñoz Ferrada, astrofísico chileno, famoso entre otras cosas por predecir varios terremotos de grandes magnitudes y devastadores, basándose únicamente en sus estudios personales. Muñoz Ferrada se adelantó en la búsqueda de este mundo oculto. Propuso la existencia de una suerte de “planeta-cometa” como él le llamaba, porque tenía de ambas partes: un planeta con órbita de cometa o excéntrica.

Las ideas sobre los planetas que defendieron Sitchin y Ferrada coinciden en algunos puntos importantes, por ejemplo en lo que se refiere a la excentricidad de la órbita, similar a la que trazan los cometas. No sé si ambos tuvieron el gusto de conocerse, mas ellos y sus teorías resultaron contemporáneos. Pero de todos modos, como he mencionado en párrafos anteriores, no ha sido otro que Sitchin el primero en definir como planeta el Nibiru que las tablillas sumerias recogen.

Nibiru regresará


No tengo ninguna duda al respecto, algún día Nibiru regresará y volverá a cruzar los cielos como antaño pero, no creo que sea en este 2015 o en los próximos años, tal como se asegura desde multitud páginas web en estos momentos.

Puede que motivado por un supuesto apocalipsis maya que nunca se llegó a producir en el año 2012, desde diferentes medios se advertía de la inminente llegada del planeta Nibiru en plan apocalíptico, causando grandes devastaciones en nuestro planeta. Se estrellaría contra la Tierra y, desde entonces, esta tendencia se ha puesto de moda. Una y otra vez desde entonces, se sigue pronosticando lo mismo año tras año. El desenlace fatal de la llegada de Nibiru se aplazó para 2013 primero y para 2014 después; ahora para 2015 y luego le tocará al 2016. No sería de extrañar si al final la “rueda” sigue rodando por varios años. Seguro que ya hay alguien por ahí señalando que eso ocurrirá en 2017, 2018 o más allá… En verdad no sabemos hasta cuándo se van a prorrogar este tipo de presagios que día tras día nos quieren anunciar el fin del mundo. Pero si volvemos la cabeza hacia los textos antiguos, veremos que esto no tiene cabida.
Sólo teniendo en cuenta los registros sumerios que ya cité anteriormente, resulta evidente que Nibiru es un cuerpo celeste real, ya sea planeta, cometa u otra cosa… y que está formando parte de nuestro sistema solar. Entonces, más pronto o más tarde está obligado a regresar al ritmo que marque su recorrido orbital. Algún día volverá a brillar como lo hizo en el pasado, cuando los sumerios lo pudieron contemplar.


Como dije al principio, la única fecha relacionada con Nibiru y su regreso que se puede desprender del legado de las primeras civilizaciones, señala algún momento cercano al 3855 d.C. Aunque yo pienso que quizás no esperaremos tanto tiempo para poder verlo. Resulta bastante probable que se termine localizando con los grandes telescopios que tenemos a nuestra disposición, con un poco de suerte incluso antes de terminar la década actual. Cierto es que ya no se espera descubrir dentro del sistema solar nada que tenga un tamaño superior al de Saturno pero, por debajo de este umbral hay miles de posibilidades y opciones posibles. Cientos de planetas más pequeños pueden estar a punto de confirmarse durante los próximos años… Y, uno de ellos puede ser Nibiru perfectamente ¿por qué no?

Nibiru volverá a ser visible tan pronto como lo podamos localizar, sí. El gran libro de la historia del hombre lo reclama a gritos, y tarde o temprano se asomará de nuevo entre los cielos.


SOBRE EL AUTOR: Samuel García Barrajón; autor de varios libros y artículos sobre el planeta Nibiru y extraterrestres en la antigüedad. Libros: “Nibiru. Si no existe habrá que inventarlo”, “El planeta Nibiru existe” y “Tras los pasos de Nibiru”. Colaboraciones en Año/Cero, UFO y Phenomena Magazine. Entrevistado en más de 50 medios, entre ellos Espacio en Blanco de RNE y Tercer Milenio TV.

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