James Ephraim Lovelock es un científico independiente, meteorólogo, escritor, inventor, químico atmosférico, ambientalista, famoso por la Hipótesis Gaia, que visualiza a la Tierra como un sistema autorregulado, ha presentado nuevas predicciones sobre nuestro futuro [Ver video].
Él sugiere que nuestro planeta podría volverse contra nosotros y aniquilarnos. Cree que los seres humanos están destruyendo las condiciones de nuestro planeta y que la Tierra, como superorganismo autorregulado, encontrará una forma de equilibrar las probabilidades, y podríamos estar en grave peligro.
La hipótesis de Gaia fue planteada por Lovelock mientras trabajaba en la NASA a principios de la década de 1960, en una época en la que se iniciaba la búsqueda de vida en el sistema solar. Basándose en el hecho de que la atmósfera de la Tierra es significativamente diferente de las atmósferas de los planetas sin vida, Lovelock argumentó que nuestro planeta y su biosfera son una especie de organismo vivo. Dijo: "La Tierra es algo más que una casa, es un organismo vivo, y nosotros formamos parte de él".
Los partidarios de la hipótesis señalan que ésta supone la presencia de un mecanismo de retroalimentación de los organismos vivos, debido al cual el planeta sigue siendo habitable. Por ejemplo, un aumento del contenido de dióxido de carbono en la atmósfera conduce a un aumento del crecimiento de las plantas, que a su vez reduce el nivel de dióxido de carbono.
La importancia de la hipótesis radica en que contribuyó al desarrollo de un enfoque sistemático para el estudio de la Tierra, en el que el planeta se considera como un todo único, y no como un conjunto de partes separadas.
De hecho, el desarrollo de las ciencias de la tierra en las últimas décadas del siglo XX se vio estimulado por la comprensión de que las diferentes partes del planeta -por ejemplo, la tierra o los océanos- no pueden estudiarse aisladamente unas de otras. Son un todo y se influyen mutuamente para mantener el equilibrio.
Con la dependencia mundial de los combustibles fósiles y problemas como la superpoblación y la deforestación, los seres humanos han roto el equilibrio, y la Tierra puede encontrar una forma de "devolver el golpe".
Lovelock dice que una de las cosas que hay que hacer para que no ocurra lo peor, es reducir la quema de combustibles fósiles. Pero hay otro problema: si nos pasamos a las fuentes renovables, tendríamos un déficit energético mundial. La solución de Lovelock incluye la construcción de muchas más centrales nucleares que nos ayuden a superar los cambios y a mantener el equilibrio a escala global. Aunque los humanos se han vuelto demasiado temerosos de la radiación, Lovelock afirma que los peligros son extremadamente exagerados.
También mencionó los problemas de la superpoblación y deforestación. Sin soluciones adecuadas, nuestro planeta podría convertirse pronto en un mundo que ya no acoge a los humanos.
Lamentablemente, incluso sus predicciones más optimistas, incluyen que la humanidad está en peligro.